Elegir un perfume pensando en alguien es un acto de amor.
Y también es cierto que estos sentimientos se demuestran día a día, y que no hacen falta regalos para expresarlos.
Pero a veces creo que el mayor efecto de obsequiar está en nosotros mismos. A menudo, recibimos mucho más de lo que damos al hacer un regalo. Porque dar a otros es un acto placentero, que refuerza nuestros sentimientos por ellos y ayuda a definir esos lazos, familiares o con amigos.